PROBLEMÁTICA

Tradicionalmente la escuela asume la literatura de una manera utilitarista otorgándole una función didáctica. Hace uso de ella para ejemplificar, enseñar valores humanos y contenidos disciplinares, dejando de lado la función estética propia del texto literario. En la escuela no se enseña literatura sino que se usa como recurso didáctico para alcanzar otras metas académicas propias de las disciplinas.

Esta forma simplista de ver la literatura la reduce y la subvalora, le quita lo mágico, lo bello, lo onírico que hay en ella, restándole al lector la posibilidad de habitar, junto con las palabras, los mundos infinitos que estas encierran.

La literatura cumple una función estética, por lo cual requiere de ser resignificada, que la escuela le otorgue el lugar que le corresponde y para ello, indudablemente debe repensar el significado de ‘enseñar literatura’.

La enseñanza de la literatura debe enfocarse, entonces, a la literatura en sí misma, así que, lo que el estudiante aprende es a percibir los modos en que está escrita, sus formas de lenguaje, sus múltiples sentidos para sí sentirla y hacerla parte de su vida.